Las personas adquirimos costumbres en nuestro día a día, y
unas malas costumbres pueden provocar desgastar nuestro automóvil antes de tiempo y provocar, incluso, serias averías. En este artículo, en Talleres Le Mans vamos a publicar una lista de
vicios y malas costumbres que tenemos en el coche y provocan averías.
Costumbres que pueden provocar avería prematura del vehículo
- No atender la presión de los neumáticos
- Apoyar el pie en el embrague mientras el coche está parado
- Forzar el motor sin alcanzar la temperatura óptima
- Pisar el freno en descensos largos y pronunciados
- Conducir con el motor a muy bajas revoluciones
- Parar de golpe el motor tras un esfuerzo grande
- Dejar la mano apoyada en la palanca de marchas
- Conducir con la reserva de gasolina
- Aparcar el vehículo con una llanta en la acera
- No frenar lo suficiente en un bache
1. No atender la presión de los neumáticos
Las llantas deben ser revisadas de forma periódica. Llevar el neumático con una presión que no le corresponde puede desgastarlo más rápido y nos puede costar un gasto extra para cambiarlos por otros nuevos.
2. Apoyar el pie en el embrague mientras el coche está parado
Esta costumbre errónea provoca un
desgaste del embrague y de los componentes que están asociados a él. Aunque no se presione a fondo el pedal, se pueden producir fricciones en el interior que perjudican al disco y las piezas que actúan sobre él, de modo que es recomendable no apoyar el pie en el pedal continuamente y solo para cambiar de marchas.
3. Forzar el motor sin alcanzar la temperatura óptima
Es necesario
esperar unos minutos para que el motor se llene de aceite en el cráter y así alcance la temperatura adecuada. Acelerar forzadamente o hacer un esfuerzo innecesario del motor teniendo todavía una baja temperatura, puede provocar desgastes internos con antelación en el motor.
4. Pisar el freno en descensos largos y pronunciados
Utilizar excesivamente el sistema de frenos puede traer algunas consecuencias. Además de que acelera el desgaste de las pastillas y los discos del coche, puede provocar deformaciones dentro del sistema de frenos y un deterioro del líquido de frenos.
Es aconsejable utilizar el freno de motor, es decir, reducir las marchas, para no desgastar excesivamente los frenos.
5. Conducir con el motor a muy bajas revoluciones
Conducir con las revoluciones bajas puede traer serios problemas y con altos costes. En los coches Diesel, puede ser perjudicial para la válvula EGR acumulando más carbón. Así, se reduce a la mitad su vida útil. En los motores de gasolina se daña también el catalizador, que se convierte en un depósito de carbón. Otro elemento al que puede pasar factura esta costumbre, es el filtro de partículas. Es conveniente acostumbrarse a mantener el motor con revoluciones razonables al pisar el acelerador.
6. Parar de golpe el motor tras un esfuerzo grande
Si después de provocar un gran esfuerzo del motor apagamos el coche sin dejar que repose, el aceite que mantiene los circuitos todavía tiende a carbonizar, de modo que se causa una avería del turbo. En vez de esto, es mejor intentar que tras un largo viaje, antes de apagar el coche,
mantener el motor alrededor de dos minutos encendido sin acelerar, para que el sistema de refrigeración y la circulación de aceite puedan enfriar el turbo y reducir el riesgo de avería en más de un 90%.
7. Dejar la mano apoyada en la palanca de marchas
Una de las costumbres más comunes es apoyar la mano en el cambio de marchas y presionar sobre los mecanismos internos de la caja de cambios, lo que
provoca un desgaste y holguras de los sincronizadores, los rodamientos... Esto puede acabar en vibraciones y que las relaciones de cambio puedan tener un engranaje menos preciso.
8. Conducir con la reserva de combustible
Conducir con la reserva de gasolina en el depósito puede garantizar el funcionamiento del sistema de alimentación, pero esto no es suficiente para el funcionamiento seguro de la bomba del vehículo. En los coches con inyección electrónica, la bomba eléctrica está sumergida en el tanque. Por lo tanto,
el combustible debe estar bien nivelado para que lubrique y enfríe bien la bomba, asegurando su correcto funcionamiento.
9. Aparcar el vehículo con una llanta en la acera
El peso del coche apoyado en una sola llanta puede provocar
graves problemas en los neumáticos, ruedas y suspensión. Pueden sufrir deformaciones o pequeños cortes que conllevan un coste extra en reparaciones o cambios de neumáticos.
10. No frenar lo suficiente en un bache
Exceder la velocidad en el momento de pasar encima de un badén puede conllevar problemas en el coche, desde que
se revienten o deformen los neumáticos hasta averiar el sistema de amortiguación del coche.